si supieras cuánto he sufrido en la mañana para dar con estas palabras.
perdona el melodrama: es que me siento confundido.
los días en que trabajas y me quedo en casa
–buscando lavar los platos con la mente
mascando al azar el teclado para dar con el don de la escritura
deseando que los muros se me caigan
subiendo la escalera de nuestro edificio
con la respiración más honda que me sale
con tal de no contar los escalones–
son, reservo la estadística para otro día,
de arena en su mayoría.
no quisiera entrar en confesiones
–aunque, de aquí hasta que acabe, mi voz te sonará tan hueca
como si hablara en la caja de zapatos de la iglesia–
voy a evitartel cuento de la mitad de mi vida
y la otra mitad la resumo en este instante.
si en este momento me miraras, si me miraras tantito,
seguro tronaría el cordón del que cuelga mi cabeza.
ya te pedí una promesa después de comer.
aquí quisiera pedirte una más, pero la desconozco,
como desconozco el secreto de los magos.
ojalá que las horas de oficina se acortaran.
lo digo por el bien de tu columna.
ten bonita tarde.
pd. si ves una piedra preciosa tirada en el camino,
no dudes en tomarla, limpiarla, devolvérsela a su dueño.
yo lavaré tus manos cuando llegues.
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isobel campbell & mark lanegan : no place to fall
2 Comments
(o sí?)
**
la imagen es de francesco, giullare di dio.
wey, eres un genio!